Suelos elevados
Suelos elevados exteriores

El pavimento elevados para exteriores ha sido concebido para aplicar su completa flexibilidad a la pavimentaciones de zonas exteriores, en las que generalmente se han adoptado soluciones tradicionales.
Esta solución permite inspeccionar en cualquier momento los elementos que se hallan debajo de la nueva superficie de tránsito como: plano de apoyo y membrana, eventuales tuberías con función de desagüe para el agua de lluvia, cajas y rejillas.

El sistema podrá ser aplicado sin ninguna preparación especial, creándose, una vez instalado, un espacio intermedio de aire entre la superficie acabada y el suelo base y, por lo tanto, una interrupción eficaz entre los elementos del plano de apoyo y la superficie acabada. Ello impedirá que se produzcan nuevas subidas de humedad, problemas de heladas e infiltraciones de agua, permitiendo el paso de instalaciones y tuberías.

La solución prevé el acoplamiento de dos simples elementos: estructura soporte y losa de acabado.
El primero es una estructura compuesta por soportes portantes prefabricados de polipropileno de tipo fijo o ajustable, que permiten colocar la superficie acabada a una altura que va de un mínimo de pocos centímetros a un máximo de unos 15 cm, con paso útil de unos 13 cm.
La nivelación final del pavimento podrá efectuarse ajustando la altura de la virola o colocando espesores mínimos superponibles.
La superficie de tránsito está compuesta por losas de acabado: dichas losas poseen un único espesor de gres porcelánico de 14 mm y unas dimensiones de 40x40cm.

Las losas utilizadas para este tipo de pavimento elevados presentan preferentemente acabados estructurados y flameados.
La colocación de los distintos componentes es fácil: para las partes enteras habrá que disponer los soportes según la rejilla modular prevista en fase de diseño, mientras que para las partes terminales habrá que realizar los cortes adecuados para cerrar todas las hendiduras.
La colocación de los elementos se efectúa con operaciones en seco.